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Foto del escritorBL - Housing™

Neuroarquitectura: cómo lograr espacios armónicos para potenciar el bienestar en la cuarentena

El entorno en el que nos encontramos afecta directamente el estado de ánimo y emociones, en especial en época de aislamiento. Teniendo en cuenta la cantidad de horas en las que estamos en el hogar, es fundamental lograr espacios acogedores, funcionales y equilibrados

De por sí, el concepto de hogar nos conecta con aquel lugar en el mundo donde nos sentimos seguros, a gusto, en paz. Si tradicionalmente esta fue la sensación asociada a nuestras casas, hoy más que nunca es imprescindible potenciar esa idea. Teniendo en cuenta la cantidad de horas en las que estamos adentro, es fundamental lograr espacios acogedores, funcionales y armónicos.


Algunos espacios nos parecen más atractivos que otros: ¿qué hace que un diseño o decoración nos provoque ciertas emociones? ¿Por qué una arquitectura nos parece más agradable que otra? La neurociencia se encarga de estudiar este fenómeno y de ella nace la neuroarquitectura y el neurodiseño.


Stephie Bacque, health coach, explicó a Infobae: “Mucha gente entra a una casa y al salir percibe buena o mala vibra y aunque esto también tiene que ver con la energía de las personas, el diseño de interiores influye mucho. De cierta forma se puede decir que los distintos espacios generan las sustancias químicas producidas por el cerebro que influyen positiva o negativamente en el sistema inmunológico”. Y ejemplificó: “Hay que tener en cuenta: luz natural, ventilación, colores, presencia de agua, iluminación, materiales y texturas. Para la decoración aconsejo el uso de muebles cómodos y acogedores para lograr la sanación de cada espacio”.


Con tal fin, también recomendó encontrar un espacio en la casa para hacer aquello que nos haga bien y nutra de energías positivas, como leer, escribir, hacer yoga, meditar o pintar. “Este lugar puede incluir velas, un moodboard, un mantra, un recordatorio de metas o simplemente recuerdos que te hagan feliz. Las plantas tienen un efecto relajante, nos oxigenan y purifican el aire mientras nos conectan con la madre tierra. Si no tenes mucho espacio podés tener suculentas o alguna planta pequeña. Está comprobado que nos ayudan en nuestro estado de ánimo ya que nos sentimos acompañados de vida”. Además recomendó deshacerse de los objetos que no se usan: “Un espacio limpio y con pocos artículos hace que tus niveles de estrés bajen, tu mente se relaje y tus pensamientos sean más claros”.


Y, por último, recomendó el uso de velas, inciensos, difusores o aceites con olores con los que uno se sienta a gusto. ”También se puede agregar piedras para transformar energías, un puf o almohadón en el suelo es suficiente para crear tu pequeño espacio de meditación, en el que desconectar y dedicar un momento de cada día a ti mismo. En nuestras células hay información que está directamente relacionada con la naturaleza. Es muy importante incorporar formas y texturas orgánicas y naturales para mejorar nuestra sensación de bienestar. Se trata de volver a los orígenes y no centrarse en el ‘tener’ sino en el ‘ser’.”


Hay ciertos rincones del hogar en lo que nos sentimos más a gusto. Esto tiene relación con las vistas, la iluminación, los materiales, colores y texturas elegidas. Las velas aportan calidez y, además, sus aromas se asocian a ciertas sensaciones placenteras

Norberto Lapajukfker, fundador de Tolder, se unió al debate y explicó que nos encontramos en un momento bisagra del mundo donde repensamos nuestra existencia y nuestros espacios de una manera diferente. “Muchas veces no somos conscientes de cómo impacta el diseño en nuestra vida cotidiana. Activar la creatividad y repensar cada rincón de nuestra casa puede servirnos de mucho en estos días. Mirar a nuestro alrededor y ponernos en acción para generar una mejora puede ayudarnos a sobrellevar la cuarentena mucho mejor”.


Para ello aportó algunos tips: “Las cortinas de interior, por ejemplo, tienen diseños pensados para múltiples usos y aportan calidez y privacidad a tu hogar. Te pueden ayudar a redefinir una nueva paleta de colores y complementarlas con el resto de los elementos como almohadones y objetos decorativos. Si vivis en un departamento de pocos metros el balcón cobra mucha importancia. Pensá, por ejemplo, en cerrarlo y disfrutarlo los 365 días del año. Los sistemas de cerramientos invisibles, cuidan de las inclemencias climáticas, y generan ‘ese ambiente’ que faltaba y, hoy, puede ser un playroom para tus hijos, una oficina para hacer home office o el nuevo comedor para cenar mirando la ciudad”.


Las galerías de las casas también se pueden cerrar para usarlas durante todo el año. “Existen sistemas de cerramientos invisibles que se pliegan con casi el 100% de apertura para acceder al verde. Para ganarle al encierro el uso de livings para jardín, comedores, o reposeras y una suave manta son grandes aliados”. Por último destacó el uso de los sistemas de calefacción actual como los calefactores infrarrojos para disfrutar del exterior. “Tienen un gran diseño, son fáciles de colocar y tienen muy bajo consumo. Sus rayos infrarrojos, aportan el mismo tipo de calor que los rayos del sol, porque calientan los objetos o personas, generando una sensación de calidez muy agradable”.


Gonzalo Masoli, creador del estudio de decoración El Camino, coincidió en que en estos días es clara la necesidad de adaptar espacios, re organizar la distribución de los muebles, e incluso de incorporar nuevos elementos de decoración. “El objetivo es formar ambientes más cómodos y que en ellos se pueda estudiar, trabajar, jugar y hacer las tareas del hogar en armonía y de manera simultánea”. Y continuó: “Siempre en nuestras casas tenemos espacios que nos atraen más que otros. Hay algunas razones más obvias como las vistas o la luz natural y otras no tanto. Algunas de las razones más sutiles por las que un espacio nos atrae más que otro tienen que ver con el horario en que da más el sol, o por las vivencias que hemos tenido en ese lugar. Cómo lo armamos, cómo lo ambientamos, cuánto amor le pusimos”.


El especialista cree que más allá de que algunos nuevos usos de los hogares nacieron a partir de la cuarentena, varios llegaron para quedarse. “Las casas se usarán mucho más. Por eso, pensamos espacios integrados para que convivan trabajo y estudio con los quehaceres de la vida diaria. El foco estará puesto en colores y texturas que no saturen, que descansen la vista, que ayuden e inviten a estar a gusto. Los muebles pueden ayudar a dividir ambientes. Las bibliotecas, por ejemplo, se pueden convertir en lugares de trabajo, como algunas de las opciones.”


La arquitecta Sol Juárez, de Proyecto Creativo de Azcuy, considera que los espacios pueden direccionar algunas sensaciones y emociones. “Indudablemente el contacto con la naturaleza y el vínculo con el espacio exterior son un gran aliado para conectarnos con el universo y vivir con mayor bienestar. Por eso, le damos mucha importancia al diseño de los espacios descubiertos, como terrazas, balcones y jardines. Sin duda, el uso de estos ambientes será una tendencia que se consolidará”.


En cuanto al diseño de los espacios, la arquitecta considera importante que sean dinámicos y amplios. Las cocinas integradas al área del living y del comedor generan experiencias de mayor interacción y colaboración entre las personas. “Otros factores a considerar son las escalas, los cerramientos de buena altura como también los ventanales amplios que desdibujan los límites entre el interior y el exterior. Es importante lograr un buen confort climático. Si las aberturas son de alta prestación de aislación térmica se optimiza el uso de los equipos de climatización y se consume menos energía. Estar en un hogar donde se contempla el cuidado del medioambiente, en un segundo plano también colabora con el bienestar personal”.


Para finalizar Juárez sostuvo que, si bien para atravesar la cuarentena o cualquier adversidad, lo primordial es mantener una mente positiva, vivir el presente, ser colaborativo y tener hábitos saludables, la arquitectura puede colaborar en esa dirección. “Se trata de elegir materiales nobles, un acondicionamiento térmico correcto, ambientes minimalistas, despojados, flexibles. Y, sobre todo, espacios que permitan conectar con la naturaleza”.


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